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1956 – SALVADOR DALÍ 53 AÑOS
En 1956, aprovechando una travesía en barco desde Nueva York hasta Le Havre, Dalí redactó Los cornudos del viejo arte moderno. En el texto Dalí cargaba de nuevo contra la pintura moderna y denuncia el servilismo de los críticos que le aplaudían de forma incondicional. Ni siquiera salvaba de sus ataques a Miró, uno de sus antiguos protectores. Para Dalí que se definía a sí mismo como “el genio moderno por excelencia”, solo existía un lenguaje pintórico válido: el que partía de la idea de “la discontinuidad de la materia”. En otras palabras, su estilo místico-nuclear. Unas semanas antes de que se publicara Los cornudos del viejo arte moderno, Dalí fue recibido por el general Franco en el palacio del Pardi, en las afueras de Madrid, donde residía el dictador. Dalí se había esforzado por tener el apoyo de Franco, ya que de él dependía su seguridad y estabilidad. Al mismo tiempo, para el dictador era muy importante vincularse al pintor. Con su prestigio y fama, Dalí podía ser de gran utilidad para legitimar al régimen que era cuestionado continuamente en el escenario internacional por su carácter autoritario. Poco después, Dalí prestó su imagen a una asociación dedicada a la difusión del legado del arquitecto modernista Antoni Gaudí. Dalí organizó una gran conferencia donde realizó una defensa apasionada de Gaudí, al que calificó de artífice de la “arquitectura blanda”. Concluido el parlamento, y entre continuos aplausos, Dalí trazó un dibujo de la Sagrada Família sobre una gran lona utilizando una escoba untada en alquitrán.
